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Paseos en torno a la plaza central donde están las naves protegidas de Demetrio Ribes. Levante-EMV
El proyecto de Zaha Hadid para el Parque Central parte de un análisis sociológico detallado de los barrios que rodean este gran jardín o "alfombra verde" del AVE. Para este equipo, en el que participa la empresa valenciana Idom Ingeniería, el parque tiene unas "claras obligaciones socio-culturales" que obligan a que las vías de hierro se adapten a las necesidades actuales de la ciudad poniendo fin al aislamiento y los desequilibrios entre los barrios divididos durante años por el cinturón de hierro.
"Una gran afirmación de la unificación" ese es el lema del parque de Hadid, toda una declaración de intenciones. La propuesta de Hadid era una de las favoritas del jurado del concurso de ideas para el diseño del Parque Central que, finalmente, eligió el diseño de Kathryn Gustafson por ser el más verde y que menos asfalto tenía.
Para cumplir con la exigencia del Ayuntamiento de Valencia de que "sea un parque vivo y utilizable para todas las edades, donde cada uno se puede encontrar su espacio", el equipo que lidera Hadid realizó un estudio exhaustivo sobre el contexto urbano recabando información socio-cultural por sectores de la población, hábitos, actividades lúdicas y provisión y carencia de instalaciones.
A partir de ahí se establecieron los flujos de movilidad de personas en el futuro parque, algo fundamental para determinar aspectos como el ancho de vía, la longitud de los recorridos e itinerarios y los focos de actividad diurna y nocturna. Los proyectistas recurrieron a simulaciones de flujos por ordenador para establecer una analogía entre los movimientos de personas y el agua.
Hadid propone articular el parque en torno a varios itinerarios: de actividades de ocio, de actividades comerciales, deportivas, culturales, de instituciones educativas, de la tercera edad, de oficinas y de Fallas, un guiño a la tradición valenciana.
En el corazón del parque
El corazón del parque de Hadid lo ocupan una plaza central y sus paseos anexos, que corresponden con la zona lúdica, la primera en ejecutarse. Allí están las tiendas y espacios de ocio diurno aprovechando las naves protegidas de la calle Filipinas. Un espacio pensado para celebrar eventos, reuniones y espectáculos piroténicos, como la "Nit del Foc". Para Hadid los usos comerciales contribuirían al mantenimiento del parque (cuyo coste anual oscilará entre 200.000 y un millón de euros) y serían compatibles con zonas de trabajo y oficina.
La zona sur y suroeste (tercera y última fase), ocupada hoy por la estación provisional del AVE, concentra las actividades de ocio nocturno y deportivas, así como el programa de usos culturales, con el anfiteatro como icono. Hadid propone hacer en el oeste del parque un rocódromo y un parque para patinadores y ciclistas. Entre los usos culturales, figuran zonas para escuchar música, café-bar, restaurantes, talleres de pintura, de música, de artes gráficas y grafiti, de capoeira y "break-dance".
Para conseguir un parque lleno de vida, la arquitecta propone espacios para celebrar mercadillos, eventos y ferias de todo tipo (gastronómicas, enológicas, de fotografía, del libro, de antigüedades, de regalos).
El parque infantil se sitúa al sureste del parque e incluiría laberintos, puentes entre los árboles, la casa en el árbol y otros juegos sobre superficies esculpidas. En la zona de la tercera edad se ubican juegos de mesa, zonas para practicar ejercicio al aire libre (tai chi, yoga, relajación) y recorridos para caminar junto al agua o por el bosque. Hadid incluyó un rincón del lector.
Jardín seguro y bancos y farolas vanguardistas
Para diseñar la denominada por Hadid "alfombra verde del AVE" la arquitecta juega con los volumenes y modifica la topografía del terreno, creando colinas, llanuras y cauces de agua. Para contribuir a un entorno seguro, el equipo de Hadid recurrió a estrategias de plantación lo suficientemente abiertas y evitó especies demasiado densas.
El diseño de la hasta ahora única mujer con premio Pritzker de arquitectura no se olvida del mobiliario urbano. Parasoles, farolas y bancos de diseño varguandista y gran plasticidad van variando en altura, extensión e inclinación "para generar un campo de objetos en movimiento, como si se tratara de un organismo vivo, en crecimiento o afectado por el viento o la luz solar.
En cuanto al alumbrado, Hadid huye del "mecanicismo racionalista" en su diseño forma. Propone colocar modernas farolas, sombrillas-captadores y reverberaciones.
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